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El director ejecutivo de Google, Sundar Pichai, advirtió que la Internet libre y abierta está siendo atacada en países de todo el mundo. Como líder de una de las instituciones más complejas, importantes y más ricas de la historia, muchos países están restringiendo el flujo de información, aunque este modelo a menudo se da por sentado. En una entrevista en profundidad con la BBC, Pichai también habló sobre la controversia en torno a los impuestos, la privacidad y los datos. Insistió en que la inteligencia artificial es más importante y profunda que otros descubrimientos como el fuego, la electricidad o Internet.
En el susurro de las hojas y la luz del sol en el campus de Silicon Valley de Google, Pichai dijo que en los próximos 25 años, otros dos desarrollos cambiarán aún más nuestro mundo: la inteligencia artificial y la computación cuántica. En primer lugar, afirmó: «Creo que esta es la tecnología más profunda que desarrollarán los seres humanos y tendrá un papel en ella». «Si piensas en el fuego, la electricidad o Internet, así son las cosas. Pero creo que va más allá», dijo. El núcleo de la inteligencia artificial es un intento de replicar la inteligencia humana en máquinas. Varios sistemas de inteligencia artificial ya son mejores que los humanos para resolver ciertos tipos de problemas. La computación cuántica es un fenómeno completamente diferente. Los cálculos ordinarios se basan en el estado binario de la materia: 0 o 1. En algún lugar entremedio. Estas posiciones se denominan bits.
Pero a nivel cuántico o subatómico, la materia se comporta de forma distinta. Además puede ser 0 o 1 al mismo tiempo, o puede estar en el espectro entre los dos. Las computadoras cuánticas se basan en la salida, que considera la posibilidad de que la materia se encuentre en uno de varios estados diferentes. Esto es increíble, pero puede cambiar el mundo. Pichai y otros expertos técnicos destacados descubrieron aquí algunas posibilidades interesantes. «‘[La mecánica cuántica] no es adecuada para todo. Nuestros métodos de computación actuales siempre resolverán mejor ciertos problemas. Pero para ciertas cosas, la computación cuántica abrirá nuevas soluciones para ciertas cosas».
Ya sea el navegador Chrome o el sistema operativo móvil Android, no es idea suya. Pero bajo la supervisión del fundador de Google, Pichai es el gerente de producto que los lleva a gobernar el mundo. En cierto sentido, Pichai se enfrenta ahora a los infinitos desafíos de la inteligencia artificial y la computación cuántica. Esto se debe a que Google enfrenta una serie de escrutinio y críticas en varias áreas todos los días, por nombrar solo tres: impuestos, privacidad y presunto monopolio.
LA TECNOLOGÍA AVANZA A PASOS AGIGANTADOS
Pero mucha gente también quiere que las grandes empresas de tecnología se desaceleren. La lección más obvia que aprendí de mi tiempo en Silicon Valley es que esta situación no puede suceder. La aceleración es la norma: la aceleración de la historia misma se está acelerando. Cuando le pregunté a Pichai si estaba surgiendo el modelo de Internet de China, más autoritario y más vigilante, Pichai dijo que la Internet libre y abierta estaba «bajo ataque». Lo importante es que en lugar de mencionar directamente a China, continuó diciendo: «Nuestros principales productos y servicios no están en China». Los hechos han demostrado que los legisladores y reguladores son lentos, ineficientes y propensos a la presión, y la epidemia continúa extendiéndose. El Occidente democrático ha dejado en gran parte a Sundar Pichai y otros para decidir adónde debemos ir.
IMPUESTOS
Google toma medidas defensivas en cuestiones fiscales. A lo largo de los años, la empresa ha pagado enormes sumas de dinero a contadores y abogados para reducir legalmente su obligación tributaria. Por ejemplo, en 2017, Google transfirió más de $ 20 mil millones en fondos a las Bermudas a través de una empresa fantasma holandesa como parte de su estrategia llamada Double Irish, Dutch Sandwich. En respuesta, Pichai dijo que Google ya no usa el plan, es uno de los mayores contribuyentes del mundo y cumple con las leyes fiscales de los países / regiones en los que opera. Le dije que su respuesta acababa de revelar el problema: esto no es solo una cuestión legal, sino también una cuestión ética. Los pobres no suelen contratar contadores para reducir sus facturas fiscales; la evasión fiscal a gran escala es lo que hacen las personas más ricas del mundo, y sugiero que socava los sacrificios colectivos.
